Estudio
Concebimos la arquitectura como una disciplina, en permanente equilibrio entre el pensamiento y la acción. El pensamiento constituye “el inmánere” disciplinar, la inmanencia donde concurren todas las informaciones del mundo antiguo al contemporáneo y de investigación de futuro. La acción es el acto proyectual y constructivo, “el inmínere” disciplinar, lo inminente de nuestro trabajo, las tomas de decisión desarrolladas en términos de ordenes otorgadas en proyecto y obra.
Nuestra labor constituye, pues, la oferta de una experiencia reflexiva del universo de “in-puts” que confluyen en cada uno de los encargos, su selección, de acuerdo con las condiciones de contorno programadas, y la final puesta en acción del proyecto y su consecuente dirección de los trabajos de construcción.
La selección, abierta, de líneas de pensamiento para cada intervención es clave, en nuestra oficina, para evitar la endogamia o el manierismo estilístico, si bien, éstas se producen dentro de un orden de respuestas que buscan, permanentemente, la contemporaneidad intemporal de nuestra producción.